Durante nuestro segundo día de visita a Guadalajara dentro de la #ExperienciaPresidente, Grupo Presidente organizó para para un selecto grupo de medios y travel bloggers una visita a la vecina ciudad de Tequila, Jalisco, donde se produce la bebida que nos ha dado identidad a nivel internacional.
Para llegar al también conocido “lugar donde se trabaja”, viajamos casi 40 minutos desde Guadalajara, en dirección a Tepic. Supimos que nos encontrábamos cerca de Mundo Cuervo cuando los agaves aparecieron al lado del camino para darnos la bienvenida con su tono azul tan característico. Al llegar, nos recibieron nuestros amigos de Hacienda Cuervo, quienes nos llevaron a conocer el paisaje agavero y, pudimos constatar el por qué fue denominado patrimonio mundial de la humanidad por la Unesco en 2006; ver esos agaves y que forman parte de algo tan propio, tan nuestro…
Ya ahí, nuestro guía nos explicó el proceso de la jima: Todo comienza cuando al agave le quitan los hijuelos que crecen a los costados, los cuales pueden ser plantados cuando los hijuelos tienen cierto tamaño. Al hacerlo se tienen que realizar una serie de cortes a las hojas para que los jimadores no se espinen y el crecimiento se concentre en el corazón del agave y no en sus hojas. De esta manera, el corazón crece y se obtiene el mejor tequila. Para una explicación más detallada del proceso, les dejamos a los expertos en el siguiente video:
Y bueno, después de esta charla con don Toño, llegamos a la hacienda José Cuervo la Rojeña, la destilería más antigua de América, donde aún se produce tequila. Se nos explicó que el proceso inicia en los hornos donde las piñas se cuecen y después se trituran, después pasan a los tanques donde reposan con el mosto, o mieles. Es ahí donde se realiza un primer destilado lo que da por resultado un tequila muy puro, ya que no ha reposado en barricas. Durante el recorrido tuvimos la oportunidad de catar un poco y debemos de decirles que tomar ese tequila, te transporta a un campo, entre los agaves.
Continuamos con el recorrido por los barriles donde se encuentra el tequila reposando y llegamos a las bodegas de Cuervo, en donde se encuentra el tequila de reserva de la familia, el cual solo se bebe en ocasiones muy especiales para la familia. Desafortunadamente no tuvimos la oportunidad de probarlo pero si de conocer ese lugar tan lleno de historia.
Seguimos con nuestro recorrido y nos llevaron a un salón donde nos esperaba una mesa con un plato con canela, limón, galletas y granos de café junto con 3 copas… ¡Era momento de realizar la cata de tequila! Para iniciar, nos dieron 3 tipos de tequila: blanco, reposado y añejo; los cuales, se diferencian por el tiempo de reposo. Después de apreciar el color, aroma y cuerpo, se nos explicó como degustar el tequila ya que, muchas veces, se hacen gestos por tomar el tequila “derecho” y, esto no debe de ser así. El secreto para apreciarlo es la manera en que se toma: se tiene en inhalar, dar el trago, pasar el líquido por la boca y después, ingerirlo y exhalar… Al ejecutar esa técnica se aprecia al 100% el tequila: se perciben los olores, sabores y, desde nuestro punto de vista, el alcohol se vuelve un plus de esta bebida. Traten de hacerlo, ¡no volverán a hacer “caras” cuando les digan que se tomen un tequila derecho!
Como dato curioso, poco antes de retirarnos, entramos a una sala dentro de la Hacienda en la cual, se llevan a cabo reuniones y cuenta con esculturas de aquellas personas que han impulsado la industria del Tequila en la Hacienda Cuervo La Rojeña; de entre esas esculturas, se encontraba el de una mujer que llamó nuestra atención. Sobre este detalle, se nos explicó que era la nieta del fundador original de la hacienda. El nombre de ella era María Magdalena de Cuervo. Ella fue la última, en la línea directa del apellido Cuervo. A finales del siglo XVIII quedó al frente de la fábrica pero, debido a las costumbres de la época, no se permitía que una mujer dirigiera un negocio ¡y menos de una bebida alcohólica! Por lo que se casó con Albino Rojas. A partir de ese momento, la empresa creció y fue cuando se le agregó “La Rojeña” a la fábrica, nombre con el que se le conoce hoy en día.
Después del recorrido, como parte de la #ExperienciaPresidente, visitamos el Hotel Solar de las Ánimas donde, comimos las famosas tortas ahogadas y probamos sus famosas margaritas. Después de ese día, tan lleno de sabores y sensaciones, era tiempo de regresar a Guadalajara. Después de esta visita a Tequila, creo que es importante conocer la cultura del tequila, ya que aparte de ser un símbolo de nuestra identidad, nos dimos cuenta de que “creemos que sabemos tomar el tequila” pero, no es así. Tequila no solo despierta nuestros sentidos, despierta nuestro orgullo de ser mexicanos.
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