Lluvia de pan de Acámbaro, tradición y generosidad mexicana

El pasado 11 de julio, los truenos en el cielo de Acámbaro anunciaron la llegada de una tormenta de lo más inusual. Aquel mágico día, no fue agua lo que inundó las tierras guanajuatenses, sino una tupida lluvia del pan más delicioso de México.

La tradicional lluvia de pan de Acámbaro es un espectáculo sin comparaciones en el país. Se trata de un evento en el que más de 5 mil personas salen a las principales calles de esta ciudad en espera del pan que llueve del cielo al paso de decenas de vehículos de empresas productoras del estado.

Desde la madrugada más de medio centenar de maestros panaderos calentaron sus hornos y sacaron sus recetas tradicionales para preparar la masa que se transformó en más de 150 mil piezas de pan y en una delicia al paladar.

Una veintena de casas panaderas de Acámbaro se prepara la preciada carga, para iniciar un recorrido por la zona centro de la ciudad y lanzar al aire las tradicionales acambaritas, galletas y miniaturas del pan tradicional.

Ante el aguacero de piezas de pan, los paraguas colapsaron, se voltearon al revés y se llenaban una y otra vez de pan, mientras otras personas ‘cachaban’ a diestra y siniestra toda pieza que surcaba frente a ellos.

En la tormenta de panes participaron el Sub secretario de Promoción Turística del estado de Guanajuato, Octavio Aguilar Mata; el alcalde de Acámbaro, Gerardo Javier Alcántar Saucedo, integrantes del Ayuntamiento, productores, grupos de coreografía de centros educativos, bandas de viento y miles de ciudadanos y visitantes que superaron los 5 mil.

Y para disfrutar un pan de altura los presentes subieron a la rueda de la fortuna para admirar desde arriba la belleza de Acámbaro al tiempo que saboreaban el pan.

El evento formó parte de la 7ª. Feria de la Panificación en Acámbaro, que se llevó a cabo del 9 al 11 de julio en la plaza principal de la ciudad, donde una docena de productores se instalaron para ofrecer los tradicionales panes como el picón, el tallado, el ranchero, el de ajonjolí, de granillo de leche, el de agua, la sema, el de muerto, las ya famosas acambaritas y el Pan Grande de Acámbaro, uno de los más tradicionales en la entidad.

En un acto de generosidad con el pueblo, cada año en la feria del pan se obsequian más de 150 mil piezas en la lluvia de pan, donde los panaderos ofrecen parte de su patrimonio con el fin de dar una ofrenda a sus paisanos y a los viajeros que visitan la ciudad.

Todo por el gusto de compartir, porque así es la gente de Acámbaro, donde la fraternidad, la unión y la tradición, se comparte con todos.