Vivimos en la época de las experiencias. Hoy en día, hemos dejado de invertir tiempo y recursos en bienes materiales, en función de buscar momentos de calidad y vivencias que permanezcan en el tiempo como bienes duraderos. Una muestra de ello es el gran momento que viven el turismo y la gastronomía como motores de la economía nacional.
El nacimiento de términos como «cultura gastronómica» es un reflejo de esta tendencia por aprender, involucrarse y disfrutar de momentos de calidad. En este apartado, el mundo del vino, y muy particularmente el del vino mexicano, tienen un universo lleno de posibilidades por explorar para quien decida asomarse a un mundo lleno de sabores y conocimiento.
Quizá suene exagerado, pero apreciar y disfrutar de una copa de vino es parecido a apreciar la buena música. Al igual que en el mundo musical, para entender y apreciar un buen vino se necesita conocimiento y una cierta sensibilidad que podría asemejarse a lo que se le llama, tener buen oído, o en este caso tener buen paladar para identificar las obras con la mejor calidad.
El método de producción brinda otro paralelismo que acerca al vino con las obras musicales. Mientras un compositor toma como inspiración las emociones que le despiertan los sonidos y voces que están a su alrededor, en los viñedos, un buen enólogo o «winemaker» saca provecho a los elementos como tierra, sol y agua para expresar a través del fruto de la vid, lo que cada región tiene que decir a través de una botella. Como pasa en ambos mundos, las mejores creaciones, las más auténticas, no son los productos industrializados con intenciones netamente comerciales, sino las que se asemejan a obras de autor, de producción limitada y casi artesanal.
Una de las bodegas mexicanas que ha logrado sintetizar en una botella el amor por la música y por el arte de hacer vino es la vinícola El Lobo, empresa que toma su nombre de la ex Hacienda de San Lorenzo del Lobo, ubicada en el municipio de San Francisco del Rincón, Guanajuato. Sus viñedos, ubicados a 1,850 metros sobre el nivel del mar, abarcan 20 hectáreas donde se producen, entre otras variedades: Merlot, Tempranillo, Syrah y Zinfandel.
La característica que distingue a este productor de vino mexicano es su proceso de elaboración personalizado y muy humano. Cada cosecha de uvas se hace a mano y se supervisa personalmente por el enólogo mexicano Juan Francisco Hernández.
Lo que hace de disfrutar de una botella de vinícola Lobo una experiencia única es su maridaje con la música, particularmente por la ópera, ya que cada una de sus etiquetas está inspirada en las obras más sublimes del bel canto.
Madama Butterfly es una selección de Tempranillo cosecha 2013, se trata de un vino amable de larga duración, con 12 meses de paso por barrica de roble americano. Sus aromas y sabores delicados y frágiles recuerdan la pureza de Madama Butterfly. Se recomienda disfrutar el exquisito sabor del Tempranillo mientras se escucha el drama operístico del compositor italiano Giacomo Puccini.
Rigoletto es una selecta etiqueta de Merlot cosecha 2013. Un excelente trabajo de autor, ya que apenas se produjeron 656 botellas de este potente vino con 12 meses en barrica y 4 en botella. Sus aromas y sabores a frutos rojos son perfectos para maridar con carnes y quesos maduros. En resumen, un vino inspirado en el seductor caracter del Duque de Mantua.
Fausto es una etiqueta de vino Zinfandel con un caracter complejo y enérgico, como la obra clásico de Goethe y la ópera del francés Charles Gounod. Con 13.8 grados de alcohol y una nota de cata en la que se pueden encontrar aromas de chocolate, café, miel t frutos rojos, este vino es tan tentador como apasionado y complejo. Un magnífico vino con buen cuerpo y excelente boca.
Tosca es otra de las cartas fuertes de la joven vinícola guanajuatense. Este vino complejo y de caracter artesanal es una producción de uva Sirah limitada a menos de mil botellas. Su nota de cata evoca aromas frutales y armoniza perfecto con cortes finos de carne, quesos fuertes y chocolate. Una excelente etiqueta con 12 meses de añejamiento en barrica de roble francés ideal para disfrutar mientras se escucha la obra maestra de Giacomo Puccini.
Además de sus etiquetas de mono varietales, la bodega Lobo produce la etiqueta Armonía, un espléndido frizzante de tintos semidulce, una opción excelente para acompañar cualquier comida y que viene muy bien como bebida refrescante. Por su ligero toque de CO2 y su temperatura de servicio recomendada de entre 8 y 12 grados, Armonía viene perfecto para un picnic en el campo, una parrillada o una comida al aire libre en un día soleado.
Sin lugar a dudas, vinícola Lobo es una de las empresas orgullosamente mexicanas que reivindican el arte de hacer vino y de apreciar la buena música. Te invitamos a probar la experiencia de este maravilloso ensamble vinícola que conjuga el mundo de las bellas artes con el mundo vinícola.
Las etiquetas de Bodega Lobo ya están a la venta en la tienda Kichink de nuestro proyecto hermano Buenos Vinos: https://www.kichink.com/stores/buenosvinos
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