La ciudad de Aguascalientes es mundialmente famosa por su Feria Nacional de San Marcos, la más grande del país y que desde hace 180 años recibe a cientos de miles de visitantes durante los meses de abril y mayo. Sin embargo, el resto del año la ciudad esconde un verdadero escaparate de experiencias para los viajeros que buscan conocer su encantos menos visibles.
Su gran diversidad de estilos arquitectónicos, su gastronomía, su infraestructura turística y la variedad temática de sus museos ofrecen al viajero alternatrip un abanico con muchas posibilidades. Aguascalientes debe su nombre a los manantiales de aguas termales que solían correr a poca profundidad. Aún pueden visitarse algunos de estos vestigios fundacionales en los baños termales de Ojocaliente.
En las instalaciones de los baños termales de Ojocaliente, ubicados a poca distancia del centro histórico puedes rentar una tina o un tanque privado para varias personas. La tarifa se cobra por hora y hay precios desde $120 por hora para relajarte con las aguas termales que se extraen directamente desde el subsuelo. La arquitectura de los tradicionales baños de Ojocaliente son por si solas un atractivo, cabe destacar que en sus instalaciones la escritora hidrocálida Anita Brenner vivió durante algún tiempo y aún es posible visitar su casa.
Las resonancias de la tradicional Feria Nacional de San Marcos se sienten en la ciudad durante todo el año. Y es que la Feria ha detonado una gran cantidad de infraestructura instalada en el andador Alberto J. Pani, calle peatonal que comunica a las instalaciones de la Feria con la Iglesia y el Jardín de San Marcos. En este alegre y animado Paseo se ubican las instalaciones del Palenque, la Monumental Plaza de Toros y el Casino. Aquí la fiesta es permanente, en sus numerosos locales es posible escuchar música en vivo, beber cerveza, degustar comida tradicional.
A decir verdad, el verdadero encanto de la ciudad de Aguascalientes es caminar por sus calles, descubrir los maravillosos ecos que transmite la arquitectura colonial, el espléndido remosamiento de sus viejas casonas convertidas en centros culturales, academias o en el peor de los casos bares y cafés donde las nuevas generaciones practican el arte de la conversación.
La visita obligada al tradicional Jardin de San Marcos y la iglesia del mismo nombre vale mucho la pena. Desde este lugar puede iniciarse un magnífico recorrido a pie rumbo al centro. En el Jardín de San Marcos se han colocado algunas esculturas de personajes tradicionales que capturan la esencia de personajes de otros tiempos: el bolerito, el charro y la china poblana parecen congelados en el tiempo.
El aire colonial y la identidad taurina de la ciudad se puede apreciar visitando la vieja plaza de Toros de San Marcos, construida en 1896. Si tienes suerte podrás entrar a sus instalaciones y apreciar alguna de las prácticas de la escuela de toreros.
La recientemente remodelada Plaza de la patria ofrece al viajero una perspectiva incomparable de la imponente catedral de Aguascalientes. En ella se encuentra el monumento a la memoria del gran músico y compositor mexicano Manuel M. Ponce, figura esencial de la música clásica mexicana.
Cerca de ese lugar se puede llegar caminando al templo de San Diego, en cuyo costado se encuentra uno de los museos más peculiares del país: El famoso museo Nacional de la muerte. 4 salas destinadas a uno de los temas favoritos de nuestro país. La entrada cuesta $20 y se puede visitar diariamente hasta las 6 de la tarde. En total son al menos 3 museos que se pueden conocer a pie en el centro histórico: el citado Museo Nacional de la muerte, el Museo Regional de Historia de Aguascalientes y el museo de Arte Moderno de Aguascalientes.
Si la caminata despierta tu apetito no será difícil encontrar una botana bastante popular en la ciudad de Aguascalientes: Las Chaskas. Se trata de granos de elote hervidos servidos en un recipiente acompañados de mayonesa y queso rayado. Lo que hace a las Chaskas diferentes de los esquites es que puede acompañarse con sal de ajo, chile piquín, salsa de chile de árbol y hasta champiñones o Doritos. Todo al gusto del cliente. El precio promedio es de $20 y hay tantas variedades y tantos lugares donde encontrarlas en la Ciudad que bien podría nombrarse a la ciudad AChaskalientes.
Vale la pena conocer también el Restaurante La Saturnina, un espléndido lugar decorado con objetos que evocan a la nostalgia sobre paredes pintadas en tonos muy mexicanos. El lugar toma su nombre a partir de las modelos a las que inmortalizó el gran pintor hidrocálido Saturnino Herrán, a quien muchos consideran el precursor de los grandes muralistas mexicanos. La Saturnina ofrece una carta llena de delicias típicas de la ciudad: los esmeriles, las chiquiadas y los condoches son una buena opción acompañadas de un delicioso café de olla con canela son una buena opción para conocer la gastronomía hidrocálida.
Con la barriga llena puede visitarse un recinto dedicado a uno de los símbolos de la ciudad: José Guadalupe Posada. El Museo Posada se encuentra en los que fue parte del atrio del Templo del Encino, la entrada al Museo cuesta $10 y cuenta con un acervo que incluye ejemplares publicados y placas de los grabados originales incluyendo el de su popular personaje: «La Catrina».
Visitar el Museo Posada no es sólo esencial para conocer la obra de uno de los creadores destacados de Aguascalientes, sino el origen del humor negro mexicano, el tema de la muerte abordado con ironía y los rastros más claros sobre la fijación del mexicano por la nota roja.
En las diferentes salas del Museo Posada se pueden encontrar temas recurrentes como las noticias sobre la revolución, los viajes del presidente de México y las batallas destacadas de la época. Todo desde un punto de vista parcial, afin a los intereses políticos dominantes en la época.
También pueden encontrarse divertidos ejemplos de prensa amarillista que reflejan la ideología y el lenguaje de la época, como en el caso de las notas que aluden a que los Terremotos o las inundaciones son castigos divinos por no asistir a misa.
Otro de los Museos imperdibles en la ciudad es el Museo dedicado a la memoria Ferroviaria en la antigua estación de trenes de Aguascalientes y que actualmente se conoce como la Plaza de las tres Centurias. El lugar toma su nombre a partir de que que los tres edificios que lo componen tienen más de 100 años de antigüedad. Se trata de un lugar tan mágico y extenso, que merece una mención aparte en Alternatrip.
Una buena recomendación para hospedarse es el hotel Misión Aguascalientes Sur. Ubicado a escasos 10 minutos del centro histórico de la ciudad y con todas las comodidades que esperas de un hotel de primera: Wi Fi gratuito, gimnasio, restaurante, alberca y habitaciones cómodas, limpias y muy tranquilas. Lo más destacado de esta cadena orgullosamente mexicana es la atención del personal, desde el Bell Boy hasta el gerente te mostrarán que su eslogan: «El Arte de la Hospitalidad» es toda una filosofía que en Misión se toman muy en serio.
Aguascalientes es cultura, es fiesta y es calidad de vida. Un gran destino si lo que te gusta es descubrir los sabores, las tradiciones y los atractivos coloniales poco concurridos.
1 Comentario
Excelente artículo Pete.