Las Barrancas del Cobre en el estado de Chihuahua es uno de los escenarios naturales más impactantes de México y del mundo entero, ya que se encuentra inscrito entre como una de las maravillas del mundo.
Pocos saben que el Copper Canyon, como también se conoce a las Barrancas del cobre en Chihuahua, es más profundo y más largo que el Gran Cañón de Colorado ya que en realidad las barrancas del cobre son una serie de gigantescos cañones dentro de la zona más profunda de la Sierra Tarahumara.
Entre las barrancas más importantes del sistema están la de Urique con 1 879 metros de extensión, la de Sinforosa con 1 830, la de Batopilas con 1 800 y la de Candameña con 1 750 y esto sólo por citar las más hondas, las que rebasan al famoso Cañón del Colorado. El sistema debe su nombre a sus minas de cobre.
Los desniveles en las barrancas del cobre son tan marcados que mientras está nevando en las mesetas altas de las barrancas, en sus profundidades, donde corren los ríos, hace bastante calor.
La mejor forma de recorrer las barrancas del cobre es en el tren Chihuahua-Pacífico o «Chepe» como cariñosamente se le conoce a uno de los pocos trenes de pasajeros que aun opera en el país y sin lugar a dudas, el mñas famoso de México. La vía del tren corre desde Chihuahua hasta Los Mochis y se recorre en una sola jornada de 6am a 9pm.
El recorrido es dinámico y atraviesa una gran variedad de terrenos y tipos de vegetación. Prepárate pasar por túneles, curvas pronunciadas y 37 puentes. Las temperaturas llegan a bajar considerablemente por la altura y en los meses de invierno la nieve cubre el paisaje, creando un ambiente mágico.
Contrario a lo que muchos piensan sus vagones no tienen dormitorios y todo el recorrido se hace de día. La gran ventaja es que con tu boleto, puedes bajarte en diferentes estaciones como Creel, Cuauhtémoc y Divisadero para quedarte a dormir, y después retomar el itinerario del tren. Los boletos para hacer la ruta completa cuestan desde $1,767 por persona.
El pueblo mágico de Creel es insignia de la cultura Tarahumara o Rarámuri, grupo que destaca por su agilidad para correr a gran velocidad, su nombre significa “pies que vuelan”.
El corazón de Creel es la estación de trenes a la que llega el Chepe. En los alrededores de la estación, puedes visitar museos y tiendas de artesanía Tarahumara. Lo más tradicional son los wares o canastas tejidas y los instrumentos musicales que elaboran las comunidades de la zona.
En Creel se vive un ambiente de montañismo, sus hoteles y restaurantes son cabañas de madera que refugian a los viajeros. En las calles del pueblo es muy común toparse con aventureros que viajan sólo con su mochila, fotógrafos y familias equipadas con botas y bastones de montaña.
Y ¿qué se come en Creel? Discada, caldillos de carne seca, el llamado caldo de oso (que curiosamente está elaborado con pescado) y postres con las manzanas más ricas del país.
La barranca de Urique es la más profunda de todo el sistema, aquí en su famosa estación Divisadero está el Parque de Aventura Barrancas del Cobreque cuenta con un teleférico desde el que tendrás las mejores vistas y fotos de las barrancas. Además del teleférico, el parque cuenta con un largo sistema de tirolesas que alcanzan alturas de 480 metros, puentes colgantes y renta de bicicletas. Para los niños hay rocas de escalada y bungee jump. Su restaurante Tonari tiene una sección de piso de cristal, con vista a las barrancas.
Otro de los atractivos de los lugares imperdibles en tu visita a las barrancas delc obre son el Valle de los Hongos, la Misión de San Ignacio, el Lago de Arareko y dos de las cascadas más altas de México: Piedra Volada y Basaseachi.
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