Como toda gran urbe, la Ciudad de México tiene una relación bastante bipolar con la mayoría de sus habitantes. Sobrepoblación, psicósis colectiva y colapsos viales conviven con una gran actividad cultural, historia y encanto que hace que quienes vivimos aquí odiemos amar tanto a esta gran ciudad.
Pocos lugares como el metro logran sintetizar ese sentimiento, de amor y odio tan difícil de explicar. Más que una forma de transporte, los vagones y túneles subterráneos del metro son parte de nuestros recuerdos y nuestra identidad como chilangos. Por eso, hacía mucha falta un museo que recopilara la historia de nuestro querido tren anaranjado.
A principios de 2017, el gobierno de la Ciudad de México inauguró dentro de la estación Mixcoac de la línea 12 el Museo del Metro de la CDMX, un espacio destinado a preservar y difundir la historia y descubrimientos arqueológicos que se han encontrado durante la construcción de este emblemático sistema de transporte con 48 años de existencia.
Los fans de la historia y los ingenieros se deleitarán con las primeras salas, dedicadas a los antecedentes a la creación del sistema de transporte colectivo. Aquí, reproducciones de planas de periódicos de la década de los sesentas dan un panorama del contexto histórico de lo que pasaba en el mundo mientras se planeaba el trazado del metro.
También se pueden encontrar planos originales de algunas de las primeras estaciones del sistema, probablemente trazados a mano alzada por afamados arquitectos como Félix Candela, quien también fue el autor del diseño del Palacio de los deportes.
Las salas posteriores relatan el proceso de construcción y muestran las modificaciones urbanas que sufrió la ciudad al paso del metro. La primera estación en ser construida fue San Lázaro de la línea uno, la cual fue inaugurada el 4 de septiembre de 1969 en un tramo inicial de Zaragoza a Chapultepec.
Las fotos del pequeño museo muestran escenas poco conocidas, como la maqueta original de la glorieta de los insurgentes, la cual originalmente proponía una especie de torre en su interior y una cruce de automóviles que pasaba sobre ella. También se explica que el característico color naranja brillante de los vagones se eligió debido a que a finales de los sesenta era un color muy de moda.
Las vitrinas de las siguientes salas exhiben objetos de memorabilia. Aquí destacan los elegantes uniformes de los primeros conductores, con el logo del metro grabado en los botones y en los detalles de la gorra, así como los primeros asientos acolchonados y objetos como el timbre metálico que anunciaba la llegada a las estaciones. En esta sala podrás podrás encontrar en exhibición calibradores, radio teléfonos, remachadoras manuales, megóhmetros y otros objetos más que han formado parte de la historia y evolución del Sistema de Transporte Colectivo.
Los diseñadores gráficos se deleitarán en la sala dedicada al desarrollo del logo, la tipografía y el sistema de señalización de las estaciones del metro creados por el diseñador norteamericano Lance Wyman, quien por cierto, aun se mantiene en activo y fue el diseñador del logo del museo del metro.
A través de fotos de la época y mamparas se muestra el proceso de creación de los íconos de las estaciones, los cuáles fueron creados para orientar a las personas que en aquella época no sabían leer ni escribir y a los visitantes extranjeros que hasta nuestros días tienen problemas para pronunciar palabras de origen prehispánico como Cuauhtémoc o Juanacatlán.
Es muy curioso observar los bocetos y propuestas preliminares tanto del logo del metro como de algunas estaciones. Llama mucho la atención la evolución de iconos como el águila de la estación Cuauhtémoc y algunos bocetos rechazados, como el de un enigmático perro Bulldog ¿para qué estación habría sido creado y por qué fue rechazado?
Los coleccionistas nostálgicos seguramente pasarán un buen rato apreciando la enorme colección de boletos del metro y tarjetas recargables que se ubican en las salas posteriores. También existe una sala dedicada a la reproducción de una muestra al aire libre de arte contemporáneo llamada Imagen México, la cuál se instaló por primera vez en la glorieta de los insurgentes durante la década de los sesentas.
La última sala exhibe algunas de las piezas arqueológicas que se han encontrado durante la construcción del metro. Vasijas prehispánicas, puntas de lanzas, ornamentos y objetos ornamentales fabricados con arcilla y hueso humano son algunas de las piezas destacadas. También se pueden apreciar objetos de la época colonial, como fragmentos de cristalería y vajillas novohispanas. No olvidemos que la Ciudad de México ha sido construida varias veces y muchos de esos vestigios se encuentran ocultos en el subsuelo.
Visitar el pequeño y flamante museo del Metro es toda una experiencia memorable. Y si hablamos de memorabilia, ¿quién no quisiera llevarse a casa un recuerdo del metro? Pensando en esta inquietud, el Museo cuenta con una magnífica tiendita en la que puedes encontrar una gran variedad de productos alusivos al metro.
Desde juguetes del metro, termos y cilindros para tomar agua con el mapa de todas las líneas hasta libretas, playeras y calzones…
Sí, leíste bien, uno de los recuerdos más originales del Museo del Metro es la ropa interior con estampado del metro, porque uno nunca sabe en qué momento pueda necesitar un mapa para no perderse.
El Museo del Metro abre de martes a domingo de 10:00 a 20:00. La entrada es libre y según el programa del mes, puedes encontrar distintas actividades culturales en su espacio de exposiciones temporales, por lo que te invitamos a seguir sus redes en Facebook y Twitter.
En el Museo del Metro podrás encontrar en exhibición calibradores, radio teléfonos, remachadoras manuales, megóhmetros y otros objetos más que han formado parte de la historia y evolución del Sistema de Transporte Colectivo. Te invitamos a visitar esta sala y todas las demás de martes a domingo de 10:00 a 20:00 H. #MuseoMetroCDMX
1 Comentario
Buenas tardes Se e fue tra abierto el Museo