A veces, no necesitas salir de tu ciudad para conocer mundos totalmente distintos al tuyo. Basta explorar esos lugares escondidos que casi nunca frecuentas para romper tu cotidianidad y dejar que el contexto y las personas a tu alrededor te hagan revivir la sensación de viajar sin alejarte de casa.
Hasta hace muy poco yo no conocía el ambiente que se vivía dentro de un salón de baile tradicional. Aunque el cine, la televisión y algunos reportajes me habían dado una vaga idea de esos mágicos lugares en la Ciudad de México, experimentarlo por primera vez fue una grata experiencia.
“Quien no conoce Los Ángeles, no conoce México” dice el lema del legendario Salón de la colonia Guerrero, quizá la más famosa de las salas de baile tradicional que todavía existen en la Ciudad de México. Por un cover de $40 accedes a un lugar con 78 años de historia, en el que el decorado y la vestimenta de los asistentes te dejan claro que estás en un mundo regido por otros códigos y amenizado por 3 o 4 orquestas.
En Los Ángeles nada es convencional. Su ubicación dentro de un barrio popular y su horario de Martes y Domingo de 5 a 11 pm nos habla de un lugar concebido auténticamente como centros de recreación familiar.
Aquí la gente realmente viene a bailar y rendir culto al espíritu de la gracia. Aunque no hay código de vestimenta, aparecer en este lugar sin camisa y zapatos de baile te hace sentir fuera de lugar. La elegancia reina en la pista de duela, aquí el ritmo y la cadencia afloran a ritmo de Cumbia, Son, Mambo, Danzón y alguna otra sorpresa en el repertorio de la orquesta en turno.
No es casual encontrar bailarines caracterizados de pachucos y vestidos de olanes. Aquí abundan el charol, los tacones con diamantina, los tirantes, las corbatas y los vestidos sueltos. Si quieres seguir las huellas de la fina concurrencia, puedes aprovechar y hacer shopping con el vendedor del salón y llevarte a casa un par de zapatos de baile de charol bicolor en solo $600. ¡Toda una ganga!
Este no es el típico lugar en el que hay que aguantar flirteos y mala copas. Basta echar un vistazo a las mesas para encontrar limonadas y refrescos. Aunque al lugar asisten muchos jóvenes y cuentan con una buena carta de bebidas a precios razonables, el grueso de la concurrencia la componen personas de entre 50 y 60 años, estos últimos son los que destacan en las artes del baile, y sus pasos te hacen considerar seriamente la idea de sacar tu celular y capturar el momento.
De todos los lugares de la ciudad donde puedes escuchar orquestas en vivo, Los Ángeles es uno en los que se respeta más a los músicos. El sonido de los metales y las percusiones es excelente y la rotación entre canción y canción siempre viene acompañada de aplausos que reconocen la ejecución, pero ojo, el público es exigente y no tolera el protagonismos de los cantantes. Aquí se viene a bailar, no a mandar saluditos.
Flanqueando la pista se encuentran algunas bancas laterales pintadas de color rojo que difícilmente encontrarás en otro lugar. La tradición indica que si te falta pareja, debes sentarte en estos sitios y esperar a que una dama o un caballero te saque a bailar.
La buena vibra y el ambiente flota en la atmósfera. Aquí tu única preocupación será encontrar un lugar en la duela para ejecutar tus mejores pasos. Aunque aquí casi todos son expertos, nadie te verá feo si no te sale una vuelta o bailas a otro ritmo, en este lugar lo único que importa es divertirte.
Ya se que suena a una exageración, pero después de visitar el Salón Los Ángeles no sales como entraste. Parece que allá adentro hay otro México que se mueve a otro ritmo, con más cadencia y más ritmo. Lo dicho, quien no conoce Los Ángeles no conoce –completamente- México.
Salón Los Ángeles, Calle de Lerdo 206, Guerrero, Cuauhtémoc, Ciudad de México.
Martes y Domingo de 5 a 11 PM
Consulta el horario y eventos especiales en:
Website: salonlosangeles.mx
Facebook: https://www.facebook.com/pages/Salón-Los-Angeles/111273515575397
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