Todos los viajes son diferentes y entrañan una emoción especial dependiendo del destino y el medio que se use para alcanzarlo. De todos ellos, viajar a bordo de una moto en carretera en busca de aventura es, sin lugar a dudas, una de las más grandes aspiraciones de cualquier viajero.
Javer Gallardo y Juan «Bertheau» Berth decidieron hacer realidad su sueño de recorrer el continente a bordo de una motocicleta con una meta muy clara en mente. Rodar los más de 10,000 kilómetros que separan las ruinas incas de Machu Pichu en Perú de la majestuosa zona arqueológica de Teotihuacán a las afueras de la Ciudad de México.
Con ese proyecto en mente y la certeza de que la moto VX250 sería la perfecta para recorrer una meta tan ambiciosa, los mexicanos se acercaron a la marca Italika para presentar su proyecto y pedir su apoyo para llevar a cabo un reto tan emocionante y tan inspirador.
Tras recorrer Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador y Guatemala entre agosto y septiembre a bordo de su ITALIKA VX250 Adventure, tuvimos la oportunidad de platicar con Javi y Juan sobre las anécdotas de su increíble ruta Ruta #DeMachuaTeo.
¿A qué se dedican y cómo se relacionan con el mundo del motociclismo?
Javi: Yo corro en competencias de motociclismo profesional, entreno 3 veces por semana arriba de una Italika en pistas profesionales. Aunque tengo mucha experiencia con motos de competencia, la VX250 es una moto nueva y se me antojaba mucho probarla en carretera, en un viaje largo.
Berth: Yo tengo un canal de Youtube llamado Ricos Suaves y estaba muy interesado en hacer videos de motociclismo, un día, caminando por la CDMX me encontré con la VX250 en el día de su presentación y me encantó, ahí se me ocurrió hacer algo con ella.
¿Cómo se acercaron a ITALIKA para plantearles la aventura que tenían en mente?
Berth: La moto me encantó desde que la conocí, así que tuve un acercamiento con la marca y a la gente de Italika les encantó la idea, de hecho fueron ellos quienes me propusieron hacer un viaje largo. Yo pensé que iba a ser un viaje de la CDMX a Tijuana, pero ellos llegaron con la idea de un viaje de Machu Pichu a Teotihuacán y quedé fascinado, es un viaje que cualquier dueño de una moto desearía hacer.
Berth: Javi ya tenía toda la ruta planeada y realmente no tuvimos muchas referencias, decidimos basarnos en lo que nuestros seguidores nos recomendaban en mi canal de youtube o en nuestras redes sociales y realmente era mágico, porque muchas veces esos mismos fans llegaron a saludarnos y pasar un rato con nosotros al visitar su ciudad.
Dicen que el turismo se convierte en viaje cuando haces un esfuerzo por involucrarte con el entorno…
Javi: De acuerdo, al compartir una cerveza con la gente lugareña, al platicar con la gente del lugar que visitábamos conocíamos una parte que no podíamos ver en carretera. Me parece que es lo que hace que un viaje se convierta en una experiencia duradera.
¿Cómo se comportó la ITALIKA VX250 Adventure a lo largo del viaje?
Javi: En Sudamérica las rutas son muy sinuosas, por lo que tienes que rodar muy rápido, afortunadamente la suspensión de la moto está muy bien equipada y las llantas tienen muy buen agarre, está muy bien preparada la moto en ese sentido.
Javi: Otra parte crítica fue que en países como Honduras, las carreteras están en muy mal estado, afortunadamente no tuvimos ponchaduras, pese a pasar por miles de baches y terrenos muy accidentados. Vale la pena destacar que hicimos algunos mantenimientos preventivos gracias a que Italika tiene buena presencia en Honduras y perú, pero salvo cambio de aceite, tensado y engrasado de cadena no tuvimos grandes mantenimientos.
¿Cuáles fueron los 3 lugares que recuerdan con más cariño en este viaje?
Berth: Salento, un pequeño lugar en Colombia, el segundo, Cartagena, en Colombia que fue el lugar donde más tiempo nos dimos para conocer y disfrutar. El tercero, sin lugar a dudas, Máncora, una playa en Perú donde la gente nos trató increíble, nos abrazaba y nos daba muchas muestras de afecto.
Berth: Coincido con Javi, Salento es un lugar muy especial. Mi segundo lugar sería una isla que se llama Ometepec, un lugar increíble, vas en la carretera y hay animales en el camino y todo es verde. La vegetación se mete en el camino y literalmente tiene vida propia, es como Jumanji.
Finalmente, Flores, una ciudad de Guatemala que a mi me gustó mucho y me trae muchas bonitos recuerdos y anécdotas personales increíbles.
Se dice mucho que en centroamérica los mexicanos no somos muy bien recibidos. ¿A ustedes cómo los trataron?
Berth: Realmente en ningún lugar nos dijeron algo por ser mexicanos, a donde quiera que fuimos nos trataron increíble, traíamos placa de Perú y la gente pensaba que eramos de Perú, pero tambiénn traíamos una bandera en nuestros uniformes y yo traía en la moto un sombrero mexicano, entonces, cuando la gente nos veía en la calle, lo primero que nos gritaba era «Tequila», «Fiesta» porque realmente los mexicanos somos eso, somos la buena actitud a donde quiera que vamos.
Javi: Hubo un momento en Ecuador que un señor platicó con nosotros y se puso a llorar, nos comentaba que en una ocasión vino de vacaciones a México y se la pasó tan bien que está pensando en venderse su gasolinera y venirse a vivir a México.
Finalmente, ¿recomiendan a los viajeros emprender un viaje a bordo de una moto?
Javi: Absolutamente, cada vez que algo nos llamaba la atención algo de camino nos parabámos, nos quitabamos el equipo y lo disfrutábamos. Por ejemplo, varias veces nos detuvimos y con todas las precauciones, nos metíamos a refrescarnos a un río.
Berth: «Hubo carreteras increíbles, salíamos a rodar cada mañana con actitud y mentalizados en pasar un buen rato. Después de pasar tantas horas seguidas, sin ver otra cosa que el camino y escuchando tu respiración, te pones a pensar mil cosas y hasta cierto punto, comienzas a encontrarte a ti mismo.»
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