Por Carlos Franco / @francochuck
El periodo invernal de vacaciones es el pretexto perfecto para salir a rodar en motocicleta. La de un servidor es una Suzuki Boulevard 2009 de 800 cc. El destino en este caso fue la ciudad de Oaxaca.
La aventura hacia tierras zapotecas comenzó en ciudad de Puebla. El pretexto perfecto fue acompañar a mi amigo, motociclista experto, Adriel Patrón a visitar a la familia de su mujer a pasar las navidades.
Partimos desde la gasolinera de la BUAP a las 7:30 am del 22 de diciembre y tomamos el Periférico de Puebla por el sur poniente. Los lectores no poblanos darán gracias a su deidad favorita de no tener que recorrer en moto semejante adefesio de asfalto. Pavimento reparado una y otra vez dejando un acabado de piedra volcánica capaz de maltratar la suspensión del jeep más robusto. Afortunadamente la distancia de ahí a la autopista 135 D (México-Oaxaca) es corta.
El tramo de autopista de Amozoc a Tehuacan es bastante cómodo. Recta a doble carril por sólo $35.00. La precaución debe ser amplia, cuidándose de los demás vehículos, ya que sin problema se pueden alcanzar velocidades de 150 Km/h o más. Uno no debe ser demasiado confiado y mucho menos en moto.
En el siguiente tramo Tehuacan-Miahuatlan resulta un poco más complicado. La carretera es de dos carriles con amplio acotamiento. Importante, importantísimo y más allá: Carguen el tanque en Tehuacan. La distancia en ese tramo es la más impactante del camino términos visuales: barrancas puentes y majestuosas montañas, la precaución debe ser al tomar las curvas ya que suben y bajan.
Un servidor cometió la estupidez de no rellenar combustible y quedó varado a media montaña. Bendita señal de celular que aún sirvió para pedir ayuda a mi amigo, cuya gasolina igualmente escaseaba, pero pudo llegar a la estación más próxima y cargar combustible. Además, gracias a la amabilidad de un extraño, se hizo de un bidón que llenó para mi.
Llegamos sin problema a la siguiente caseta, la cual como es costumbre estaba tomada por un grupo de personas que pedían cooperación. Ese tramo de carretera tiene también algo de imperfecciones en el asfalto pero ningún bache. Mucho viento, con la suficiente fuerza para doblar mi retrovisor izquierdo, nuevamente nos detuvimos para que pudiera apretarlo. Ahí nos percatamos de una construcción inconclusa tipo árabe que pareciera un hotel incipiente.
La última caseta ya entrando a la ciudad de Oaxaca de nueva cuenta estaba tomada. Le dimos $50 a los manifestantes.
Llegué a Oaxaca y fui hospedado por los padres y hermano de la esposa de mi amigo. Cuyos nombres por respeto a su privacidad prefiero no poner. Excelentes anfitriones originarios de la ciudad. Una vez más compruebo lo diferente que es visitar un lugar con gente que lo ama, tuve oportunidad de visitar restaurantes y lugares de interés que difícilmente hubiera visitado en un plan turístico convencional. Aprendí incluso sobre la “Noche de rábanos”, que tendría lugar al día siguiente.
Emprendí mi regreso a Puebla a las 10:30 am del 23 luego de un desayuno en el mercado. Teniendo la experiencia del viaje de ida, el retorno no representa problema. Nuevamente precaución en la zona de la sierra, que los paisajes no distraigan demasiado. Llamó particularmente mi atención un grupo de peregrinos en motos de 125 a 200 cc circulando en el acotamiento. Eso sí que requiere mucha fé.
El viaje es recomendable hacerlo de día. Hicimos cerca de 6 horas a la ida por mi percance del gasolinazo y el viaje Oaxaca-Puebla me tomó 4 horas 40 minutos aproximadamente.
Hasta la próxima. Rock y Ruedas.
1 Comentario
Gracias por el relato suena una vuelta excelente felicidades hasta pronto saludos